Blog # 114 (Y con éste restan 251 blogs para completar el bonito experimento de un blog por día. Y mañana Novena. No participo en una desde hace rato ni siquiera por los beneficios que representa estar en ella. Defínase como buñuelos y natilla).
Repitiendo con los X-Men en el día de hoy, aprovecho para hablar de la serie animada que sucedió a la de la década de los noventas, X-Men Evolution. Esta serie vería la luz en el años 2000, y si su antecesora estaba fuertemente influenciada en el estilo gráfico por los trabajos de Jim Lee en la serie – y por las historias de Chris Claremont, John Byrne y otros en cuanto a argumento-, Evolution estaba influenciada por la película dirigida por Bryan Singer. Y bebiendo directamente de ella, se decidió que el contexto de la serie sería más del tipo escolar, con la Escuela de Jóvenes dotados de Xavier como un instituto donde además de entrenar a los mutantes, los educaban, y hasta estaban en guerra contra una escuela rival, la secundaria Bayville, con la que competían para reclutar primero a jóvenes mutantes. Incluso volvía a la premisa original de la serie, que era un grupo de jóvenes con habilidades especiales de nacimiento que al mismo tiempo hacían de héroes para proteger un mundo que les teme y los odia.
El intro no era tan genial como el de XMTAS, pero la serie duró bastante en pantalla.
Para su segunda temporada se dio espacio para un episodio ambientado en navidad, y que presentaba a uno de los X-Men más emblemáticos, Ángel, en una trama que plasmaba espiritualidad y cómo las buenas acciones pueden ser atribuidas como milagros en una época donde la esperanza está de sobra. El episodio reseñado hoy lleva por título En Alas de un Ángel.
El episodio, cuya trama está mayormente concentrada en Ángel, cuya identidad civil es Warren Wornington III, nos muestra como pasa sus días aislado del mundo en un edificio propiedad de su familia – recordemos que Ángel es millonario-, mientras permanece alejado de sus seres queridos y de cualquiera en su propio departamento, mientras mira televisión con la mirada vacía. Pero en esa auto-reclusión hay una luz de esperanza para él, un motivo para dejar las cuatro paredes y demostrar el uso práctico de su condición mutante, y sin pensárselo dos veces, sale por la ventana de su sala y despliega sus poderosas alas para ayudar a una mujer inválida que ha quedado atrapada en un incendio.
En el instituto Xavier de Jóvenes Dotados todo es alegría y júbilo en las noches previas a Nochebuena en la última reunión de los alumnos antes de irse cada uno a sus casas para celebrar las fiestas. Como hay que recordar, muchos de los X-Men aquí son adolescentes – Cíclope, Jean Grey, Rogue Nightcrawler- mientras otros son adultos y hace más bien como profesores – Tormenta, Profesor X, Wolverine, Bestia-, con lo que no hay que extrañar las relaciones entre unos y otros como pupilos y maestros.
Mientras unos deciden pasar fiestas con sus seres queridos, otros rehúsan pasar navidad en la escuela o con cualquiera, como es el caso de Wolverine, que pasa del ofrecimiento de Xavier de pasar con los que se queden la Navidad, ya sea porque no le gusta o porque no comparte el espíritu festivo. Y mientras se comparten regalos aquí y allá, o se pone a prueba la tradición del muérdago, siendo Kurt “Night Crawler” Wagner el principal entusiasta, Rogue intenta acercarse a Cíclope con un regalo navideño, aún sabiendo que Jean Grey no lo aprueba desde la distancia.
Luego que casi todos parten a sus casas con sus familias, sólo quedan en la mansión Bestia, Xavier, Cíclope y Rogue, que ve esto como una oportunidad para pasar más tiempo con Scott Summers sin que nadie ni nada se interponga. Y pasamos del feliz pensamiento de la joven mutante a un crimen en progreso en Central Park, donde un ladrón roba el portafolios de un hombre. Pero el malandrín no sabe que la sombra de unas poderosas alas se pone sobre él y lo reprende para evitar que salga triunfante ante su mala acción. Ángel ha repetido aparición, y ahora con otro testimonio sobre él, está en la mira de los medios de comunicación, que llevan la noticia al Instituto Xavier, donde sospechan que el supuesto ángel guardián de Nueva York es más bien un mutante.
Entusiasmada por la idea de hacer equipo con Cíclope para investigar con testigos sobre todo lo relacionado con el ángel guardián, los dos mutantes hacen preguntas aquí y allá para saber más. No obtendrán mucho, salvo la misma historia contada una y otra vez, lo que los llevará al final a hacer un descanso de la exhaustiva búsqueda del misterioso hombre alado en una cafetería, donde Scott le confiesa a su compañera que él realmente espera que el ángel sea real por el trágico accidente aéreo en el que perdió a su familia, y que esperaba que el guardián celestial de su hermano Alex – a quien vuelve a ver luego de varios años-, lo hubiera protegido a él también.
En el puente Golden Gate, entretanto, Magneto en su identidad civil espera hacer que Ángel actúe al provocar un accidente de tráfico con sus poderes que causa que varios autos rompan algunos de los cables del puente colgante y estén a punto de caer a las gélidas aguas. Ángel llega a tiempo, con un traje que oculta su identidad para sus siguientes apariciones, y salva a una familia de caer al agua con todo y carro. Pero como Magneto no espera que con su participación Warren se luzca, enreda uno de los cables metálicos en su pierna y hace que con un golpe de ala arroje a la hija de la pareja que salvó hacia las aguas del río. Ángel logra llegar a ella para amortiguar la caída, y luego de salir juntos tras un gran esfuerzo, se gana la antipatía de todos, que lo consideran un monstruo en lugar de un ángel.
Mientras buscan un regalo para Rogue en una tienda de discos, ambos mutantes escuchan de boca de dos compradoras lo ocurrido en el puente y la intervención de Ángel. Así deciden ir a hablar con los padres de la niña en el hospital donde fue recluida por un caso de hipotermia, pero su suerte es tal que coinciden con la llegada de Ángel al centro clínico, que ha ido a ver a la niña. Ambos lo persiguen pero sin éxito, viendo como deja la clínica ante sus ojos, y esperando volver a verlo en la iglesia donde los padres de la niña fueron a rezar, según les informó uno de los médicos del hospital.
Ángel mira desde los pisos superiores a la pareja rezando, sin esperar que Magneto, que sale de las sombras, salga y le ofrezca un lugar en su hermandad, haciendo de cada una de sus acciones en el episodio como parte de un plan para poder dar con Ángel y proponerle se una a él. Ángel rechazará la oferta, y se enfrascará en una singular lucha con el Amo del Magnetismo, perdiendo ante la ofensiva que el villano le ofrece.
Rogue y Cíclope llegan a tiempo para actuar y envolverse en combate con Magneto para que nadie salga herido, y antes de que Ángel caiga al suelo por el peso de un candelabro en el que el villano lo atrapó, Cíclope logra liberarlo para que les dé una mano contra su enemigo mutuo.
Controlando a Magneto desde tierra con sus rayos, Cíclope logra derribarlo con ayuda de Warren, y Rogue aprovecha para absorber su poder y enfrentarse a él en igualdad de condiciones en una batalla aérea donde ambos exhiben sus habilidades magnéticas. Pero la experiencia de Magneto en batalla puede más que el entusiasmo juvenil de Rogue, que termina derrotada cuando el villano le avienta un trozo de gárgola y la saca de combate. Pero Ángel impide que la mutante se estrelle contra el suelo y la salva, mientras Magneto deja de insistir con reclutar a Ángel a la fuerza y se marcha, porque sí.
Volviendo al hospital, Scott le habla a Warren sobre lo ocurrido, y lo entera de las rivalidades entre el instituto Xavier y la Hermandad de Magneto, además de ofrecerle unirse a ellos si él mira los métodos de la escuela y en base a eso decide si hacer parte. A Ángel no parece despertarle mucho entusiasmo el ofrecimiento, y Cíclope corrobora eso antes de ir con él a ver con los padres de la niña que Warren salvó que su hija recuperaba el sentido, y que no dejaba de hablar del ángel que la salvó y que viera en sueños. La escena conmueve tanto a propios como extraños, y sobre todo a Rogue, que le cobra unas cuantas lágrimas.
El episodio termina con un montaje de los momentos navideños de varios de los miembros del equipo, que se unen con sus familias o pasan las fiestas a su manera, y cierra con un brindis entre Bestia y el Profesor X, que no esperan que Scott y Rogue se les unan pronto en la celebración. Un episodio realmente conmovedor y que maneja perfectamente el misticismo plasmado en la navidad al vincularla con los milagros, que según creen algunos multiplican su efectividad por mil en plenas fiestas. Sin duda supera con creces el episodio especial de la serie anterior y se centra en parte de los protagonistas para ofrecer una historia bien contada que recuerda el aura de bondad que se respira en las fiestas de fin de año.
El Buffet Crítico 