Vuelve y Juega Hollywood al Regresar de su Retiro al Rey de los Monstruos: Godzilla (2014)

Artículo # 108 del año 2 del blog (Y sería el artículo # 474, pero como ya acabó el bonito experimento de un blog por día, se reinicia la cuenta. Trump insiste en cobrar impuesto a mexicanos a través de importaciones para pagar el muro, y Sony Animation ya anunció que harán Hotel Transylvania 3. No son noticias que alegren el día ni nada, pero que hay que mencionarlas acá como preámbulo a la reseña).

En serio que extraño el diseño japonés en el poster, y que la cinta tenga el estilo “camp” de la saga original.

Terminó la era Millenium y Toho decidió poner una vez más a Godzilla a hibernar tras Godzilla Final Wars para retomarlo en diez años. Sí, parece que el que se volviera popular y en sus films lo pongan más como héroe que como antagonista le afectó, dando lugar a lo peor del camp en años anteriores, haciendo que su popularidad se levante difícilmente. Pero en Toho una vez necesitaban refrescar ideas, y de ahí los descansos que someten a su estrella, a la que una vez más se le terminaron las vacaciones y se envió a Hollywood una vez más para que Estados Unidos se redima de su mal hacer en la película del 98 – y quedarían faltando los extraños cómics que solía hacer para él Marvel y su enfrentamiento con Charles Barkley-.

La idea del comercial es interesante ¡Pero no daba para realizarle un cómic!

 Prácticamente en 2014 se tenía de nuevo la intención de comenzar desde cero, con lo que se vuelve a contar la historia de Godzilla sin tener en cuenta nada de lo ocurrido en las eras Showa, Heisei y Millenium salvo los acontecimientos de la película del 54, cosa que ya es costumbre, que la primera Godzilla es una institución del género Daikaiju Eiga. Pero vamos a ver de qué va esta segunda oportunidad a los productores americanos para hacer otro film del Rey de los monstruos, esta vez de la mano del actualmente reconocido director de Rogue One Gareth Edwards.

Alguien debió pensar en Edwards con Godzilla porque ya se defendía con monstruos.

Con la cinta Monsters dentro de su Curriculum Vitae, Gareth Edwards parecía la persona idónea para dirigir un nuevo film de Godzilla, que si el tipo ha hecho películas de Monstruos gigantes debe saber cómo es la cosa, habrán pensado lor productores ejecutivos.  El asunto es que para hacer una película de monstruos se necesita algo más de apego al estilo de la saga de la mascota de la Toho, ya que por lo general éstas distan del nivel de seriedad de una cinta estadounidense de desastres, ya que Godzilla incluso se puede permitir jugar fútbol con sus enemigos durante una pelea. Obviamente Edwards no apuntaría a una fórmula camp para el nuevo film de Godzilla, aunque sí nos daría adversarios con los que el monstruo se liara a golpes y acrecentería la importancia de los personajes humanos en el film.

Un film que reunió a Brian Cranston y a la Bruja Escarlata merece ser aplaudido.

Como en Godzilla del 54, la cinta del 2014 también se enfoca en sus protagonistas humanos, que esta vez no deben hacer frente a Godzilla – en el 98 ya se había intentado- que la amenaza principal son unos seres parecidos a Kabutops llamados Mutos, que tras un sueño de millones de años despiertan haciendo estragos a su paso. Su despertar se remonta a 1999, cuando Ishiro Serizawa, un científico japonés que nada tiene que ver con Daisuke Serizawa de la cinta original y representado por Ken -hago de asiático genérico desde El Último Samurai- Watanabe, acompañado de la doctora Vivienne Graham, descubren un esqueleto de Godzillasaurus en Filipinas junto a algo con forma de huevo en el lugar. Este hecho conectará con lo que sucederá en Tokio en una planta nuclear, que entrará en crisis cuando algo que dormita bajo tierra despierte, causando una fuga radioactiva, donde muere la mujer del ingeniero supervisor de la planta, Joe Brody (Brian Cranston). Janjira, la región cercana a la planta será declarada inhabitable por la radiación en el ambiente, y Brody junto a su hijo Ford tendrán que continuar su vida juntos pese a la gran pérdida que acaban de sufrir.

Ésa era una mujer valiente.

Pasan 15 años y Ford es ya padre, casado con Elizabeth “Bruja Escarlata” Olsen, con quien ha tenido un niño pequeño y comparten vida familiar mientras descansan de sus respectivas profesiones, él teniente de la marina experto en desarmar explosivos, y ella enfermera. Ya Ford no está con su padre debido a que la obsesión de éste con la región de Janjira y lo ocurrido lo ha repelido, que el hijo cree que el padre ha perdido la razón por perder a su esposa. Pero Joe Brody va tras algo realmente grande, lo que causó la destrucción de la planta nuclear, y que no es menos que el monstruo que contenían los sacos descubiertos por Watanabe.

No es un monstruo de goma, pero se vale.

Los Mutos serán una forma de vida que, según nos devela la historia, vienen de una época donde la radiación estaba tan presente en el ambiente, que las criaturas prehistóricas se alimentaban de ella. Y como sobrevivientes de su raza, decidirán salir de nuevo a la superficie y repoblar el planeta. Asímismo se menciona a Godzilla, a quien según Serizawa, se ha intentado ocultar de la luz pública- aunque si tuvieran en cuenta Godzilla Final Wars esto sería harto difícil- incluso su aparición desde 1954. Los Mutos, más que villanos, sólo obedecen a su instinto, que para reunirse, él, más pequeño y con alas, y ella, el doble de grande, deberán cruzar el pacífico para reencontrarse y obedecer a sus impulsos biológicos de reproducción luego de llamarse el uno al otro por medio de una poderosa ecolocación, mientras al macho se le mantenía vivo en Janjira en secreto.

Y al final la cosa va de Romeo y Julieta, pero en kaijus.

Casi todo el protagonismo recaerá en Ford Brody, el suertudo protagonista de Godzilla, que sí, es él quien ocupa gran parte de la película y no el gran G, porque buena parte del film lo veremos intentando regresar a su hogar con su esposa e hijo, aún con el avance de los monstruos, que destrozan lugar al que llegan tanto con su cuerpo como con el poderoso pulso electromagnético que generan. Los Mutos son criaturas que deben ser erradicadas, y pese a que la radiación les sirve de nutriente, intentarán detenerlos con ojivas nucleares, porque alguien en los altos mandos del ejército se muere por usar las bombas.

Irónicamente, Ford y el Muto compartirán objetivos.

Para regresar con su familia, luego de perder a su padre tras el despertar del Muto macho, Ford incluso se enlistará para intentar destruir a los monstruos y llevar la bomba nuclear que se supone los va a desaparecer de la Tierra. Ante esto Serizawa, que no irá armado con un destructor de oxígeno ni nada sino con un discurso sobre lo perjudicial de las bombas atómicas en el ambiente – la cosa va de tono ecológico- intentará persuadir al ejército de que las bombas no son la solución,  y que el reciente despertar de Godzilla puede acabar con la amenaza Muto, que si algo volvió a llamar a la acción al Rey de los Monstruos es que ha venido a restablecer el equilibrio natural al eliminar a la competencia.

Y si todavía hay monstruos por ahí, significa que Godzilla no desempeña bien su único trabajo.

Para cuando aparezca finalmente Godzilla, ya habrán pasado dos tercios de la película, que Edwards se ha tomado con prudencia su labor en dirección y se ha dedicado primero a elaborar una atmósfera inicial en la película, presentándonos personajes  y estableciendo la situación para tener un favorable clímax, que resulta siendo la pelea final entre los Mutos y Godzilla.  Y ahí es cuando salen las críticas de los fans, que las secuencias de acción a ratos se hacen harto flojas, ya que los Mutos no se ven como adversarios de peso contra Godzilla, y la pelea más bien parece una forma en la que el monstruo protagonista gana tiempo para que el film dure dos horas. Tanto deja qué desear el desempeño de Godzilla, que hay un momento en el que juramos que no veremos el aliento atómico del monstruo, que habría terminado en un dos por tres con las criaturas, pero luego se hace uso de él y respiramos aliviados.

Puede que Godzilla sólo se hubiera entretenido con los dos enclenques aquellos y no se tomara su enfrentamiento en serio.

Luego de un anticlimático enfrentamiento donde lo mejor es ver a la Muto hembra muerta por el aliento de Godzilla, éste caerá muerto mientras Ford Brody se reúne con su familia, luego de sobrevivir de milagro a esta incursión, en la que incluso consiguió destruir a la descendencia de los dos monstruos, porque Ford tiene muchísima suerte, cosa que nos han dejado más que clara en la película.

Tiene más vidas  que un gato y más suerte de la que pueda desear.

Y así termina “Casi-no-hubo-Godzilla”, un film en el que el director tomó como mantra personal la frase “menos es más” y se guardó a Godzilla y su aliento atómico para revelarlos al final, dejando de ser la típica película de monstruos gigantes. Criticada por el Godzilla en CGI que se veía bastante gordo – los fans japoneses no perdonaron este rediseño de su ídolo- la película de 2014 es para verla a ratos, de manera pausada, que ver sus dos horas de corrido pueden ocasionar bostezos contantes y masivos. Un buen elenco, una trama un tanto decente, pero que se nota limitada por ser una producción americana, donde la sutileza está a la orden del día. Y parece que aquí termina mi especial de películas de Godzilla, donde repasaba lo más característico de sus tres eras cada jueves de enero. Espero haya sido grata esta serie de artículos, y se les invita a seguir el visionado de las cintas de Godzilla , de las que podría hablar en el futuro.

Sigue sin gustarme el diseño del poster.